El arroz blanco es un acompañante indispensable en la comida familiar y hoy vamos a compartir con ustedes los secretos para conseguir que el arroz quede siempre blanco, graneado y riquísimo. Los invito a probarlo.
El arroz es un cereal muy versátil y constituye el principal alimento de muchas culturas alrededor del mundo. Por su facilidad de preparación y su sabor neutral, podemos encontrarlo tanto como plato principal, en múltiples recetas o como acompañante obligado de muchos platillos autóctonos, donde las carnes, las salsas y los granos son los protagonistas.
En el post de hoy, vamos a enseñarles los secretos para preparar un arroz blanco, en su punto y graneado. Ése con el que vamos a acompañar nuestras otras creaciones culinarias y con el que ambos serán protagonistas.
El arroz perfecto depende básicamente de dos factores: tiempo y temperatura. Un poco de atención a estos dos factores y verán cómo, de ahora en adelante, podrán lucirse y sorprender a la familia con un arroz tan rico y graneado que pedirán repetir.
Ingredientes: (4 porciones)
Para dos tazas de arroz cocido requeriremos:
• 1 taza de arroz blanco, seleccionado.
• 2 tazas de agua
• 1 cucharadita de sal
• 1 diente de ajo (opcional)
• 1/2 cebolla pequeña
• 1 ají dulce o 1/4 pimiento rojo (pimentón, chile dulce)
• 1 cucharada de aceite
Preparación:
Esta forma de preparación se refiere solamente al arroz de grano largo, el que usualmente empleamos en nuestras cocinas en Latinoamérica. Otros tipos de arroces de grano corto y medio, utilizan diferentes técnicas y proporciones. Veamos el paso a paso de esta sencilla receta:
• Lo primero que haremos es decidir si lavar o no el arroz. Nosotros preferimos no hacerlo, solamente lo revisamos cuidadosamente para retirar cualquier cascarita o impureza y listo.
• A continuación, poner una cucharada de aceite en una olla de fondo grueso y calentar un poco, sin que llegue a ahumar. Agregar el arroz y revolver constantemente, procurando que todos los granos queden bien cubiertos con el aceite y que no se lleguen a tostar. Ahí radica, en gran parte, que el arroz luego nos quede muy blanco y graneado.
• En este punto agregamos, la cebolla, el ají dulce (chile dulce o pimiento) cortado en trozos gruesos y la cebolla. Sofreímos suavemente sin dejar de revolver.
• Seguidamente agregamos el agua y la sal. Llevamos a un hervor a fuego medio y revolvemos por una sola vez, para que el arroz no nos quede compacto y pegajoso.
• Apenas haya alcanzado el hervor, bajamos el fuego a medio-bajo y cocinamos el arroz semi-tapado hasta que el agua se haya evaporado casi toda y aparezcan pequeños agujeros con burbujitas en la superficie. Esto toma alrededor de unos 10 minutos.
• En este punto, retiramos la olla del calor y la tapamos herméticamente, dejándola reposar aparte, unos 10 minutos más. Para mí, allí radica el verdadero secreto del arroz “perfecto”. El reposo permite que el arroz termine de cocinarse con el vapor restante, quedando muy suelto y esponjoso, que se despega completamente del fondo de la olla.
Ya vieron qué fácil es hacer un arroz muy graneado , sabroso y en el punto justo de cocción. Los animo a probar estos trucos que les he dado y verán que su próxima preparación va a ser también un “arroz perfecto.
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