Esta Receta es tan fácil y tan rica que te va a encantar. Se han adaptando varias versiones distintas de tartas parecidas y un cierto día, preparé mi propia receta ajustando cantidades a mi gusto. Podríamos añadir una base al estilo de las tartas de queso más habituales si nos apetece, aunque así sola ya es un postre delicioso. Recomiendo añadir también la ralladura de una limón, porque suma aroma y frescor, aunque no es imprescindible.
Como consejo te decimos que es preferible prepararla con antelación, al menos de un día para otro, para que se asienten los sabores y gane mucho más.
Precalentar el horno a 175ºC y preparar un molde redondo de unos 20-25 cm de diámetro. Si es más ancho nos quedará una tarta más delgada, y si es más estrecho saldrá más gordita y necesitará algo más de horneado. Yo prefiero que el fondo sea desmontable, cubrirlo con papel sulfurizado y engrasar el resto.
Poner el yogur y el queso crema, ambos escurridos, en un recipiente mediano, añadir la ralladura de limón, el zumo, la ralladura de lima y el azúcar, y batir. Agregar los huevos y batir un poco más. Incorporar la harina con la sal, la levadura, el bicarbonato y la cúrcuma y mezclar con unas varillas o batir a velocidad baja, hasta que no haya grumos secos.
Llenar el molde y dar unos golpecitos para que salgan las burbujas; romperlas con una espátula. Hornear durante unos 25-30 minutos, hasta que al pinchar el centro con un palillo salga limpio. Esperar un poco fuera del horno antes de desmoldar y dejar enfriar por completo. Pintar con mermelada o compota al gusto y llevar a la nevera hasta la hora de servir.
Con qué acompañar la tarta de yogur al limón
Podemos acompañarla de fruta fresca o unas galletas desmenuzadas para dar contraste de texturas. Aguanta sin problemas bien tapada en el refrigerador varios días.
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