De acuerdo a un estudio de publicado en The New England Journal of Medicine, la dieta mediterránea y el consumo de aceite de oliva reduce hasta un 30% las posibilidades de sufrir un accidente vascular. El estudio contó con la participación de 7447 personas propensas a padecer enfermedades del corazón durante cinco años y concluyó que aquellos siguieron la dieta disminuyeron su riesgo cardíaco, la primera causa de muerte en el mundo. Y eso no es todo: las mujeres que tomaban cuatro cucharaditas de aceite de oliva redujeron en un 68% las probabilidades de padecer cáncer de mamas.
Ana Sánchez-Tainta, graduada en Nutrición y Dietética señaló que nunca es tarde para implementar esta dieta en los hábitos de las personas. No obstante, a edad temprana se consigue una mayor aceptación, por lo que los padres deben enseñarles a sus hijos los antes posible.
Dentro de los mitos que se derrumban en la investigación es que, además de indicar que no todas las grasas son malas, los frutos secos NO ENGORDAN. Por otro lado, desmienten que la carne es innecesaria en la dieta, solo debemos reducir su consumo y preferir carnes blancas por sobre las rojas.
“Es importante que los padres alimenten a sus hijos siguiendo la dieta mediterránea, probando e incorporando productos poco a poco en la alimentación de los pequeños. Los padres cumplen un rol muy importante”.
Otra prueba más de lo saludable que es la dieta mediterránea.
