Hoy en día los alimentos enlatados se han convertido en un alimento más de la dieta diaria, ya que son fáciles de consumir y no necesitan ningún tipo de preparación.
Se trata de comida que ha sido manipulada para que conserve las propiedades y características durante más tiempo. Por este motivo cuando se consume comida enlatada en exceso pueden aparecer diferentes trastornos digestivos, problemas respiratorios, alergias, etc. puesto que se utilizan una gran cantidad de aditivos sintéticos para su conservación.
El origen de los alimentos enlatados se remonta a principios del siglo XIX. Y con muchas tecnologías tiene su gestación en las guerras.
Resulta que Napoleon I requería una forma de preservar alimentos para llevar al campo de batalla, y Nicolas Appert es quien desarrolla el proceso.
Su técnica era simple, se calentaba el alimento en un recipiente de vidrio cerrado herméticamente.
En 1810, Peter Durand mejora el proceso y prueba envases de metal, pues los de vidrio se rompían fácilmente.
Casi 50 años después, Luis Pasteur nota que existen microorganismos en los alimentos y desarrolla la técnica denominada pasteurización para eliminarlos.
10 razones por las que no deberías comer enlatados
1. El bisfenol es una sustancia química que se encuentra en latas de aluminio y estaño, principalmente. Su presencia en los alimentos aumenta la probabilidad de que se conviertan en tóxicos y peligrosos para la salud, aunque sean consumidos en pequeñas cantidades. Los problemas para salud de consumir bisfenol se relacionan con enfermedades cardiovasculares, diabetes, cáncer o infertilidad, entre otros.
2. El estaño es otro de sus inconvenientes. El estaño es un elemento perjudicial para el organismo que puede provocar irritaciones cutáneas y oculares, y también problemas neurológicos. Este aumenta cuando las latas de conserva están a punto de caducar o cuando se abre una lata y entra en contacto con el aire.
3. La sustancia que reviste a las latas por dentro lleva por nombre resina epoxipa y su función es evitar que los alimentos toque en interior de la lata, esta resina que es plástica se adhiere a los alimentos y luego sin saberlo es consumida.
4. Los alimentos enlatados tienden a hacernos pensar que tienen un cierto grado de frescura, al abrirlos se puede percibir su olor, pero para que esto suceda se agregan más químicos nocivos para la salud que se encargan de mantener el olor en los alimentos y evitar su deterioro.
5. Los alimentos enlatados poseen sodio y este afecta el sistema cardiovascular de manera importante, causando problemas de hipertensión.
6. El hecho de poner los alimentos en latas de aluminio es por su peso ligero y su bajo precio, pero puede suponer problemas para el organismo en caso de fugas. Las fugas de aluminio de los productos en lata pueden llegar a provocar enfermedades y problemas de memoria.
7. Los alimentos enlatados están repletos de conservantes para tratar de garantizar sus propiedades y ser aptos para el consumo durante un periodo largo de tiempo. El hecho de ser productos con conservantes artificiales no hace que se conviertan en perjudiciales para las personas sanas, pero si se debe limitar su consumo en embarazadas, niños, bebés, ancianos y personas que sufran una enfermedad crónica.
8. Leslie Fink, nutricionista de Nueva Zelanda, explica que al quitarle la cáscara a una fruta o verdura, tiene menos contenido de fibra, debido a que este proceso es común en los alimentos enlatados, diversos nutrientes se pierden. Por ello es mejor consumirlos frescos.
9. Para Miguel Porta Serra, catedrático de salud pública de la Universidad Autónoma de Barcelona, el contenido de bisfenol A, puede ser un factor importante para el aumento de peso.
10. Se sabe que las resinas de BPA son un disruptor endocrino, es decir, que puede alterar el funcionamiento del sistema hormonal. Se lo vincula a la diabetes y a las enfermedades cardiovasculares.
¿Seguirías consumiendo alimentos enlatados?