Aunque es un tema del que no muchas personas conocen, el mundo de las especias es completamente activo y muy diverso. Sin embargo, a menudo compramos productos rancios o de baja calidad, incluso algunas imitaciones. Lamentablemente de esto nadie está a salvo, ni siquiera los países productores de estas especias.
Por esa razón hoy te contamos algunos sencillos trucos que te ayudarán a determinar la calidad de los productos y disfrutar de la auténtica especia.
- Por canela, a menudo, te venden casia (también denominada cassia), si embargo, esta tiene un sabor menos pronunciado. Además, sus ramas son más gruesas y ásperas y, en líneas generales, están enrolladas solo por un lado.
- La canela en polvo se puede distinguir fácilmente de la casia: añádele unas gotas de yodo. Si la especia se vuelve azul, es casia.
- Al aplastar un grano de pimienta negra fresca, se descompone en trocitos bastante grandes, dejando un rastro ligero de grasa. El producto de baja calidad, sobresecado o viejo, al aplastarlo se deshace en polvo.
- La pimienta blanca debe ser de color crema, tirando ligeramente a café. Si la pimienta es demasiado blanca, es muy probable que los granos hayan sido sometidos a un blanqueo. Los granos de pimienta blanca no tienen cáscaras.
- La pimienta de Jamaica (también llamada pimienta inglesa) debe ser grande y tener una cáscara densa y lisa. Los granos de calidad se hunden al introducirlos en agua.
- La raíz de jengibre debe ser lisa, densa, sin arrugas, con una piel fina. Si el jengibre está arrugado o se aprecia suelto, está rancio. Es mejor que la raíz no tenga demasiados retoños. Entonces su pulpa carecerá de fibras gruesas.
- Sucede que la cúrcuma molida se reemplaza por harina con colorante y aromas. En tal caso, la falsificación es fácil de reconocer: disuelve el polvo en agua. La especia natural no formará manchas blanquecinas en la superficie del agua.
- La raíz de la cúrcuma es de color amarillo o naranja. Su piel es fina, el jugo deja marcas de un color vivo. Esa raíz no debe ser blanda ni presentar arrugas.
- El anís estrellado, por su olor, es similar al anís y tiene un color marrón rojizo. Tiene que tener ocho rayos con un hueso brillante dentro. El anís estrellado fresco, al romperlo, suelta un poco de líquido aceitoso. Si las estrellas son demasiado quebradizas o de un color muy oscuro, son de mala calidad.
- Las cajitas de cardamomo deben ser grandes, de color oliváceo y verdoso. Un color verde vivo puede indicar la presencia de colorantes artificiales y uno amarillento u ocre, indica que el cardamomo fue secado de forma incorrecta o bien que ya tiene mucho tiempo.
- La nuez moscada auténtica es ovalada, con muchos surcos en su interior. Su pariente silvestre, que a menudo pasa por la nuez moscada, tiene una forma más alargada y muchos menos surcos al cortarla.
- Los botones florales de un clavo de olor de calidad son color marrón y los tallos son más oscuros que su parte superior. Al romperlos, producen aceite. El clavo tiene un olor fuerte y picante y un sabor ligeramente amargo.
- Puedes comprobar la frescura de esta especia si sumerges los botones florales en agua. El clavo fresco va a flotar verticalmente, mientras que el viejo estará flotando sobre la superficie del agua.
- Las vainas de vainilla conservan su olor durante varios años. Las de calidad tienen rizos en sus extremos. Son color chocolate, flexibles y con una longitud de 15 a 25 centímetros.
- Incluso una vainilla de calidad y aroma inferiores superará significativamente a su análogo sintético: vainillina.
- El azafrán natural es muy caro. Al comprarlo a un bajo costo, corres el riesgo de adquirir una falsificación de cúrcuma, cártamo o remolacha deshidratada.
- El producto de calidad es homogéneo, sin migas, con un color bordó vivo o rojo oscuro. El azafrán al ser molido adquiere una textura polvorienta. Si la especia se disuelve en agua, el líquido adquirirá su color solo al pasar unos 15 minutos.
Recomendaciones
- Eligiendo especias y hierbas aromáticas siempre es mejor dar preferencia a productos enteros y no molidos. A las molidas a menudo se les añaden otros análogos más económicos y algunos aditivos, resultando difícil verificar de forma particular la calidad del producto.
- Vale la pena prestar atención a los envases. Se debe proteger el producto contra el polvo, la humedad y los olores extraños. Se considera que el mejor envase para ello tiene que ser de vidrio: no deja pasar olores ni humedad y no afecta al aroma de la especia. Es recomendable apartarlas de la luz o al menos tapar una parte con una etiqueta de papel.
- La variante ideal es similar a un frasco-molino, en el que una especia entera se muele justo antes de añadirla al plato. También suelen ser reutilizables, lo cual es muy conveniente: siempre puedes rellenar el molino vacío con nuevas especias.