La artista culinaria Sarah Hardy ha puesto en marcha un proyecto que une el arte con la repostería y todo tipo de objeto o ser vivo se ha transformado en la inspiración para su trabajo. El realismo extremo, unido con uno de los alimentos que más adoramos: el chocolate.
Sarah es escultora de profesión y aprovechó todos sus conocimientos para realizar sus creaciones que están divididas en las de carácter fósil: dientes, caparazones, insectos, animales, y las anatómicas; recreaciones fieles a partes del cuerpo humano.
Por ejemplo, este es un pastel de un torso humano.
También hace pasteles con forma de pulmones y con el fin de darle un toque de ironía, compara uno sano y otro, con enfisema pulmonar.
Los detalles que logra en cada una de sus esculturas de chocolate son verdaderamente impresionantes: en su sitio web, ella presenta las obras de su “museo comestible”. Sarah hace uso del chocolate blanco y negro, además, agrega colorantes para que sus obras se vean aún más reales. A continuación te mostramos algunos ejemplos que recopilamos:
¿Te atreverías a comer una de sus creaciones?