Te presentamos la receta más light y sin nada de azúcar de cheescake que puedas probar. Incluso podemos prescindir de la base de galletas y tendremos un cheescake aún más liviano, pero delicioso, con el que poder darnos un capricho dulce y sin remordimientos.
Su textura no es tan consistente como la de un cheescake común, pero queda muy suave, de manera que se hace muy agradable para terminar una comida o cena o para la merienda incluso.
Ingredientes
Para la base:
100 gr. de galletas tipo digestive
30 gr. de mantequilla
1 cucharada de leche de soja
Para el relleno:
500 gr. de queso batido 0%
3 huevos
1 yogurt edulcorado (o azucarado)
1 ½ cucharadas de edulcorante (o 1 medida de yogur de azúcar)
2 cucharadas de harina
½ cucharada de Maizena
Para la cobertura:
4 cucharadas de mermelada (sin azúcar) de frambuesas y arándanos
Preparación:
Precalentar el horno a 160 ºC. Para la base, triturar las galletas, mezclar con la mantequilla derretida en el microondas y la cucharada de leche. Extender todo sobre la base del molde y enmantequillar de paso los laterales.
En un reicipiente, añadir los ingredientes del relleno excepto los huevos, que incorporamos de uno en uno y batir hasta tener una mezcla homogénea. Verter sobre la base y poner al horno.
Pasados unos 15 minutos, bajar la temperatura a 150 ºC y dejar 40 minutos más.
Apagar el horno y dejar dentro con la puerta cerrada. Sacar a la hora y cuando haya enfriado, guardar en la refrigerador, al menos otras dos horas o hasta que vayamos a comerla.
Se puede servir así o añadir mermelada del sabor que más nos guste por encima. Para que quede una capa uniforme se calienta la mermelada en una olla a fuego medio hasta que quede casi líquida y retiramos del fuego. Dejar reposar 5 minutos y verter por encima con cuidado. Guardar de nuevo en el refrigerador para que coja consistencia.
Comenta y comparte esta receta.