Un ingrediente indispensable en toda cocina y en toda comida son las hierbas frescas, recién cosechadas del huerto. Lamentablemente no todos tienen la suerte de consumirlas así, por lo que deben recurrir a técnicas para preservarlas y guardarlas sin que se estropeen hasta su próximo uso.
Si tienes algunas plantas aromáticas y quieres preservarlas para su uso posterior o para regalar, sigue estos consejos para secarlas correctamente.
Elige el momento adecuado
El factor más importante para que conserven el sabor y la forma es cortarlas en el momento adecuado. El siguiente es un listado de las hierbas más comunes:
- La menta y la hierbabuena se cortan justo después de terminada su floración
- El orégano y el tomillo, cuando las flores recién abren.
- El estragón se corta cuando su color es verde brillante, antes de la temporada de frío, cuando las hojas se ponen amarillas
- Las flores de salvia se cortan cuando acaban de abrir, pero las hojas se cortan dos meses después.
- La albahaca debe recolectarse antes de que florezca, al igual que el hinojo; las flores de éste último se cortan antes de que den semillas
- El romero puede cortarse en cualquier momento
Lo más recomendable para limpiarlas es rociarlas con agua por arriba y por abajo muy temprano en la mañana, dejar que se sequen solas unas horas y después cortarlas lo más cerca posible de la tierra para tener suficiente tallo y hacer pequeños ramos con ellas. Debes hacer esto por la mañana, antes de que haya mucho calor.
Encuentra el mejor lugar
Haz ramos pequeños unidos por un cordón delgado, si las juntas demasiadas la humedad no desaparecerá de las ramas interiores al mismo tiempo que las exteriores y pueden pudrirse.
Son una hermosa decoración verlas colgadas en la cocina, pero el aceite, calor y humedad de este ambiente puede afectar el proceso. Lo mejor es dejarlas en un lugar seco, lejos del polvo, con suficiente corriente de aire y donde no reciban la luz directa del sol. Un armario que no se use mucho es una muy buena alternativa. Si falta aire, un ventilador sería la solución, si la corriente de aire arrastra polvo, puedes colgarlas dentro de una bolsa de papel con varios agujeros, sin que ésta las cubra por completo.
Cada dos días revisa el proceso: toca las hojas y siente si la humedad ha disminuido. Regula la cantidad de aire si sientes que no hay avances. Las hierbas están en su punto cuando las hojas se rompen en pedazos fácilmente, pero sin convertirse en polvo.
Almacena correctamente
Cuando tus hierbas están secas, lo mejor es almacenarlas enteras y moler en la medida que vayas necesitándolas. A pesar de que es muy práctico tenerlas cerca de los fogones, lo mejor es almacenarlas en una despensa, lejos de la luz y el calor.
Utiliza recipientes pequeños para que no estén en contacto con el aire y con tapas herméticas. Entre menos contacto tengan con el aire, mejor se conservarán los aceites naturales que les proporcionan el sabor. Almacenadas de forma adecuada, tus hierbas podrán mantener su exquisito sabor durante un año.
No es para nada complicado guardar nuestras hierbas favoritas para disfrutarlas todo el año.