Una receta no es otra cosa que un pequeño experimento físico-químico que en lugar de desarrollar en laboratorio, lo llevamos a cabo en una cocina. No hay elementos químicos, hay ingredientes. No hay máquinas de propósito científico, hay electrodomésticos y utensilios culinarios. En lugar de probetas, pipetas y tubos de ensayo tenemos cacerolas, jarras, boles, pero en definitiva, una cocina no deja de ser un pequeño laboratorio especializado en temas culinarios.
Sin embargo, existen personas con más habilidades para la cocina y preparar cualquier tipo de platos no implica ninguna dificultad, mientras que para otros es toda una complicación, sus proyectos de comidas siempre terminan en un rotundo fracaso. Para ayudar un poco a los menos talentosos para la cocina, te enseñaremos unos pequeños trucos que salvarán situaciones potencialmente desastrosas:
Consejos para cocinar
1. Retira las semillas de las verduras de forma sencilla.
Para retirar las semillas de la calabaza y calabacitas con facilidad, utiliza una cuchara especial para helados. Su borde afilado sacará rápido las semillas. Además, con ayuda de este utencilio, puedes decorar ensaladas.
2. Elimina fácilmente el exceso de grasa de un platillo ya preparado.
Si un platillo terminado resultó tener demasiada grasa, con facilidad podrás eliminar el exceso de aceite con un par de cubos de hielo y toallas de papel. Envuelve los cubos de hielo en unas servilletas, y pásalos por la superficie del platillo. El hielo atrae la grasa como un imán, y ésta se congelará en la servilleta.
3. Manipula el papel film como todo un chef.
Guárdalo en el refrigerador tal como lo hacen todos los chefs del mundo. El film frío es fácil de manipular, se adhiere menos a las manos y no causa irritación.
4. Retira la corteza de los cítricos con facilidad.
Pon la fruta (naranja, limón o mandarina) en el microondas por 20 segundos, después de eso podrás realizar este proceso más rápido.
5. Pela los huevos cocidos de una manera sencilla.
Agrega bicarbonato de sodio o vinagre a la cocción. Ambos elementos penetran en la cáscara y facilitan que se despegue de la clara de huevo.
6. Exprime más jugo de los cítricos.
Para obtener la mayor cantidad posible de jugo de las frutas cítricas, primero enfríalas y luego caliéntalas en el microondas por 15 o 20 segundos. Entonces exprímelas y notarás cómo sale todo su jugo.
7. Ralla queso blando sin que se quede en el rallador.
Antes de rallar el queso, déjalo en el congelador por 30 minutos. El queso endurecido no se pegará al rallador.
8. No llores picando la cebolla.
Antes de picar la cebolla, déjala en el congelador por 30 minutos. Aunque este método sólo es bueno si luego vas a freírla o cocerla; no deberías usarlo para la preparación de ensaladas.
9. Cuece la pasta sin ebulliciones inesperadas.
Para no tener que esperar a que el agua en la cual se prepara la pasta empiece a hervir, ponle una cuchara de madera encima de la olla. La madera no dejará que la espuma que se levanta con la cocción se derrame.
10. Cocina un pollo entero rápidamente.
Al rostizar el pollo entero (o cualquier otra ave), ponlo sobre la pechuga, ya que esta parte del ave tiene la mayor cantidad de carne: cuanto más cerca esté a la fuente del calor, más fácil y rápido se preparará.
11. Prepara magdalenas utilizando papel de pergamino.
Si no tienes moldes especiales para preparar magdalenas, utiliza papel de pergamino. Con este método tendrás unas magdalenas de forma poco estándar, que lucirán más atractivas
12. Calienta los alimentos horneados correctamente.
Para calentar en microondas pizza o cualquier otro alimento horneado, pon a un lado un vaso con agua. De esta manera la humedad evaporada no dejará que la corteza del horneado se reseque.
13. Huevos poché perfectos
Rompe los huevos en un sartén como si fueras a freírlos, pero en vez de aceite vegetal agrega un poco de agua y luego lleva el sartén al fuego. Como resultado, tendrás unos huevos poché perfectos.
Consejos para el almacenamiento
1. Conserva las hierbas para cocinar.
Para que todas las propiedades de las hierbas se conserven, congélala en moldes para hielo. Puedes usar agua o aceite de oliva.
2. Almacena nueces peladas de manera adecuada.
Congela nueces sin cáscara, de esta manera conservan todas las propiedades beneficiosas, sabor y aroma. Echa las nueces peladas en un recipiente hermético, ciérralo bien y ponlo en el congelador. No hay que freír previamente las nueces peladas, o perderán todas sus propiedades nutritivas. Otra ventaja de este tipo de almacenamiento es que las nueces no obtendrán el sabor amargo que se forma con el tiempo cuando las almacenamos a temperatura ambiente.
Consejos de limpieza
1. Limpia los sarténes de hierro fundido correctamente.
Para que los sartenes de hierro fundido no se cubran con óxido, no los limpies con los detergentes que acostumbras usar. Para ello es mejor utilizar sal. Además este método te ayudará a quitarle el aroma a las especias que usaste al cocinar.
2. Elimina el aroma desagradable de tus manos luego de cocinar.
Para librar tus manos del olor excesivo de cebolla o ajo, utiliza limón y bicarbonato de sodio. Simplemente frótalo en tus manos y luego lávatelas con agua abundante.
3. Haz que las ollas brillen como nuevas.
Para devolverles el brillo a las vasijas cromadas, lávalas con una solución de agua con vinagre. Si no tienen ningún elemento eléctrico, para lograr un mejor efecto, puedes remojar los trastos en la misma solución toda la noche.
4. Devuelve a las cucharas de madera sus mejores condiciones.
Las cucharas de madera y las espátulas con el tiempo pierden su forma y adquieren un olor desagradable. Parece que sólo hay una salida: tirarlas. Pero si te da lástima desprenderte de tus fieles ayudantes de cocina, hay una solución. Hierve las cucharas de madera en agua y sécalas al sol. De esta manera te desharás de los malos olores y les darás una segunda vida.
5. Limpia adecuadamente las tablas de madera para cortar.
Para eliminar el olor y los restos de alimentos de una tabla de madera, frótala con sal gruesa y déjala así por 10 o 15 minutos. Después de esto frótala con la mitad de un limón y sécala. Este procedimiento no dejará ni un rastro de los olores desagradables.
7. Mantén tus recetas en limpieza.
Muchas veces preparamos la comida basándonos en un libro de recetas o nuestros propios apuntes. Suele ser muy difícil ubicar el libro sobre la mesa en la página que necesitas, y además esta posición no te garantiza que las hojas no se llenarán de salpicaduras mientras cocinas. Para proteger de la suciedad tus libros de cocina, utiliza una percha para pantalones. Los ganchos fijarán la página deseada y mientras que esté colgado el libro estará más seguro.
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