Con el cultivo en invernaderos, hoy podemos encontrar frutas que eran de temporada, todo el año. Si vamos al supermercado no tendremos problemas en encontrar melocotones, peras o fresas , claro que, los más probable, es su precio sea más alto que cuando se dan naturalmente en los árboles frutales.
Otro problema con este tipo de cultivos es que las frutas no son tan sabrosas como las de temporada. Si queremos comernos un melocotón sabroso y jugoso en un día de invierno, lo mejor es tener almacenados unos trozos en el congelador que además de haber conservado sus propiedades, mantendrá sus sabor.
Sin embargo, congelar un melocotón sin que pierda su sabor, no es llegar y guardar uno entero en el congelador, hay que seguir ciertos pasos.
Te aconsejamos elegir unos melocotones que ya estén maduros. Si aún están un poco verdes, envuélvelos en papel uno por uno y espera un par de días.
Hacemos un corte en X en la parte inferior del melocotón maduro. Así no tendremos problemas para pelarlo
Lo dejamos en agua caliente (a punto de hervir) por 30 y 60 segundos
Luego los arrojamos a una olla con agua muy fría
Este cambio de temperatura Ayudará a quitarle la piel de forma mucho más rápida.
Partimos los melocotones en 2 mitades y retiramos el cuesco
Los podemos congelar en mitades, pero te recomiendo cortarlos en gajos, por que será más cómodo cuando queramos comerlos
Cubrimos con papel encerado una bandeja o recipiente. Dejamos todos los gajos como se muestra en la imagen y lo tapamos con film de plástico. Lo guardamos en el congelador y lo dejamos ahí por un día completo
Cuando los trozos se hayan congelados, podemos pasarlos a un recipiente con tapa para no ocupar demasiado espacio en la nevera. No los guardarlos directamente en estos envases para evitar que los gajos se peguen entre si
Cuando queramos disfrutar de fruta con todo el sabor solo hay que sacar los gajos que queramos del congelador y dejarlos que se descongelen un rato. Estos trozos serán ideales para acompañarlos con yogur
Muy buena idea para conservar estos frutos que se estropean rápidamente.