Según la RAE, una hormona es «una sustancia química producida por un órgano, o por parte de él, para regular la actividad de un tejido determinado».
Probablemente estés más familiarizado con el estrógeno y la testosterona, las principales hormonas sexuales en mujeres y hombres; sin embargo, existen más de una docena de ellas que controlan prácticamente todo, desde la temperatura corporal hasta estrés.
Entender su funcionamiento y aprovecharlo al máximo implicaría un cambio radical en nuestra salud. Por ejemplo, existen hormonas que juegan un rol clave en el control del hambre y la pérdida de peso. Entre estas se encuentran la insulina, el cortisol y la leptina.
Adoptar ciertos hábitos pueden aumentar las hormonas utilizadas para controlar el hambre y la pérdida de peso. Muchos conocemos perfectamente el término insulina y la relacionamos con la diabetes. Esto es porque la insulina determina si el azúcar en la sangre se utiliza para obtener energía inmediata o si se almacena como grasa. Lo que ingerimos y cómo lo hacemos tiene una influencia directa sobre los niveles de insulina. Al consumir demasiados carbohidratos, producimos mucha insulina y las células no son capaces de absorberla, Así que el hígado lo convierte todo en grasa. Para controlar los niveles de insulina, debemos ingerir pequeñas porciones de verduras, carnes magras y granos ricos en fibra cada 2 a 3 horas. Los expertos también señalan que es importante evitar el pan blanco, el azúcar blanca y la pasta blanca, al igual que los alimentos demasiado procesados.
El cortisol es la “hormona del estrés”, que afecta al azúcar en la sangre, regula el metabolismo y controla el equilibrio de agua y sal. Cuando nos sentimos estresados, el cortisol estimula al cuerpo para que almacene grasa alrededor de los órganos vitales. Este proceso libera ácidos grasos que son peligrosos en la sangre y aumentan los niveles de colesterol e insulina. Para controlar los niveles de cortisol, intenta dar un paseo durante la hora del almuerzo, come lentamente, reduce el consumo de cafeína y trata de dormir 7 horas como mínimo.
La leptina es la “hormona del hambre” y está vinculada directamente con la grasa corporal y la obesidad. Esta hormona es liberada de las células de grasa y es tan poderosa que puede tener un efecto a largo plazo sobre la cantidad de comida que nuestro cuerpo necesita para sentir saciedad. Lo más recomendable para mantener los niveles de leptina bajo control es evitar los alimentos azucarados y procesados, descansar lo suficiente por las noches y realizar un entrenamiento de alta intensidad regularmente.
Comiendo con lentitud cada 2-3 horas, especialmente verduras, proteínas magras y grasas saludables, durmiendo entre 7 y 9 horas durante la noche y evitando los alimentos azucarados y procesados, es posible controlar el “aumento de peso” y dejar de tener “hormonas hambrientas”.
¡Ya saben! A comer más verduras y dormir más.
