Seguramente ya lo has escuchado o leído: El desayuno es la comida más importante del día. Pero existe una razón para ello, de él depende que empecemos la jornada con energía y un buen estado de ánimo. El problema es que la mayoría de las personas desayuna de manera poco nutritiva y saludable, optando por alimentos que producen los efectos adversos.
En esta ocasión te contamos sobre los 5 ingredientes fundamentales para que desde primera hora no le falte de nada a tu organismo. En pocos días notarás la diferencia y quedarás sorprendido de los cambios que puedes notar durante el día.
Un cereal integral
Para comenzar el día, el desayuno nos pide alimentos que nos aporten energía durante varias horas, tanto si vamos a realizar un ejercicio físico como mental. Y el alimento que nos lo puede aportar son los cereales integrales, ricos en vitaminas, minerales y fibra. No debemos pensar en los cereales de desayuno que venden en los supermercados, ya que éstos no suelen ser integrales y contienen azúcares y conservantes. Podemos elegir los que sean de dietética o sencillamente comprar preparar un cereal nosotros mismos. Podemos elegir, por ejemplo, uno de los siguientes:
Avena: sin duda es la reina de los cereales, nos aporta energía y a la vez relaja nuestro sistema nervioso. Muy rica en fibra y en mucílagos, que facilitan todo el proceso digestivo. Conviene hervirla un poco con leche o bebida vegetal para que no nos cause acidez, aunque también la podemos tomar cruda si lo deseamos.
El arroz integral: aunque es un cereal que solemos comer al mediodía, también podemos tomarlo de vez en cuando hervido con leche o bebida de arroz, con canela y piel de limón. Un delicioso arroz con leche es un desayuno excelente, ideal para épocas frías. También podemos optar por las famosas tortitas de arroz para acompañar con otros ingredientes.
El maíz: en muchos países el maíz es uno de los cereales más consumidos. Lo encontramos en forma de cereales o también podemos usar su harina para elaborar deliciosas tortitas.
La fruta
La fruta es imprescindible, especialmente por la mañana, ya que tiene la propiedad de activar nuestro organismo. La podemos tomar fresca, en jugo natural, en mermelada sin azúcar o bien seca. Aquí tienes algunas sugerencias:
Cítricos: el pomelo o la naranja son excelentes en ayunas, ya que son frutas con mucha energía.
Higos: ideales para combatir el estreñimiento.
Peras: ricas en silicio, un mineral imprescindible para nuestra piel, cabello y uñas
Manzana: una fruta rica en ácido málico y ácido tartárico que nos ayuda a prevenir múltiples enfermedades y a tener unos dientes y encías saludables
Papaya: ideal para quienes sufran de acidez y otros problemas digestivos.
Piña: nos aporta enzimas digestivas y tiene propiedades antiinflamatorias
Plátano o banana: muy nutritivo y rico en magnesio, un mineral que nutre nuestros músculos y el sistema nervioso
Frutas secas (pasas, ciruelas, dátiles, higos, orejones): tienen mucha fibra y son muy energéticas. Son muy prácticas si no nos da tiempo a desayunar en casa, o para llevar siempre encima, para cuando tengamos necesidad de comer algo.
Un fruto seco
Los frutos secos contienen altos niveles de grasas saludables, imprescindibles para nuestro organismo, y nos aportan mucha energía y fibra. Te recomendamos tomarlos crudos o tostados, pero evitar en cambio los que son salados o fritos, ya que estos no sólo han perdido la mayor parte de sus valores nutricionales sino que pueden resultar perjudiciales para nuestra salud.
Nueces
Avellanas
Almendras
Cacahuetes
Pistachos
Piñones
Un lácteo o algo de proteína
Tradicionalmente siempre se ha recomendado incluir los lácteos en el desayuno. Además de la leche, las personas que no la toleren bien o que prefieran otros alimentos pueden elegir entre:
Yogur natural
Queso (de vaca, de oveja o de cabra)
Requesón
Mantequilla o ghee
Pero el lácteo no es imprescindible, y también podemos sustituirlo por otros alimentos que contengan proteína, como por ejemplo el huevo.
Un endulzante natural
Si nos gusta endulzar alguno de estos ingredientes recomendamos siempre evitar el azúcar blanco, que no sólo no nos aporta energía sino que nos roba minerales, y optar por alguno de los siguientes:
Azúcar moreno, integral o de caña
Panela
Miel de abeja
Sirope de arce o de agave
Melazas de frutas o de cereales