La comida colorida se ha puesto muy de moda desde hace un tiempo ya, y no hablamos de ensaladas de frutas tropicales. La tendencia se ha inclinado por teñir con colorantes, diversos platillos comunes como sándwiches y pastas.
Lo común es teñir la comida en las tonalidades del arcoíris, si bien la comida resulta verse más apetitosa y tiene gran aceptación, también parece tener una desventaja a la hora de comerla.
De acuerdo con un estudio llevado a cabo en 2015 por la Universidad de Londres y la Universidad de Oxford, ente otras instituciones, la información que nos llega a través de los ojos nos predispone sobre el sabor de las cosas.
Es decir, el color de un platillo “engaña” al cerebro, haciéndole creer qué sabores puede esperar. Incluso, cuando no existan realmente en esa comida.
La tendencia en comida con tonos arcoíris hace que los comensales experimenten sabores que no son parte de esta, incluso algunas personas han confirmado experimentar sabores dulces en panes “coloridos”, aun cuando no contenga ni una pizca de azúcar.
Este truco puede ser muy útil cuando intentamos que los niños que son muy quisquillosos prueben otro tipo de alimentos. Sin embargo, hay que tener cuidado al aplicar esta moda en la comida para adultos, ya que tanto color puede llevarnos a comer más de lo normal.
Si eres fan de la comida colorida (artificialmente) te recomendamos a moderar su consumo, ya que esta podría tener efectos negativos sobre tu salud.
Comparte con tus amigos