La creación de mascarpone con fecha del final del siglo XVI o principios del XVII y probablemente se produjo en la región de Lombardía , Italia , entre Lodi y Abbiategrasso . En origen se produjo en el otoño y el invierno , para su consumo inmediato.
Incluso hoy en día, por lo general se vende inmediatamente al final del proceso de fabricación y debe ser consumido poco después. Si se ha refrigerado, puede durar alrededor de una semana.
Su precioso color marfil, el sutil sabor a caramelo, tan característico y su textura suave y aterciopelada, hacen que el queso mascarpone sea ideal para preparaciones dulces, ya que proporciona un sabor único, muy característico en la cocina italiana.
Pastelitos de queso mascarpone con chocolate:
Ingredientes:
5 huevos
200 g de harina
200 g de azúcar
una cucharadita de azúcar vainillado
250 g de queso mascarpone
8 g de levadura química
spray desmoldeador o mantequilla para engrasar
Cobertura:
200 ml de nata (crema de leche) o crema de leche
200 g de chocolate de cobertura
1 nuez de mantequilla
Preparación:
En un bol, cascar los huevos, añadir el azúcar, azúcar vainillado y batir. Añadir el queso mascarpone y batir de nuevo. Cuando el queso se ha integrado a la mezcla, añadir la harina y la levadura tamizadas. Batir de nuevo colocar en un molde rectangular (24 cm x 35 cm) forrado con papel de horno y engrasado con spray desmoldeador o mantequilla. Dar unos golpecitos sobre la mesa de trabajo para nivelar la masa.
Introducir en el horno, precalentado a 180º C, a media altura (segundo nivel de cinco). Hornear con calor superior en inferior durante 20 a 25 minutos. Hay que comprobar con un pincho que se ha cuajado por completo antes de sacarlo.
Mientras se enfría, preparar el ganache de la siguiente manera. Colocar el chocolate en un bol junto con la nuez de mantequilla. Agregar la crema de leche caliente y mezclar hasta obtener una crema. Sin desmoldar el bizcocho, cubrir toda la superficie con el ganache y cuando se enfríe, introducir en el frigorífico al menos dos horas para que se cuaje y podamos cortarlo.
Una vez frío, pasar un cuchillo por el borde con el fin de despegarlo. Desmoldar. Cortar los bordes con un cuchillo y descartar para la presentación (se pueden comer porque están igual de ricos que el resto). Cortar cuadrados de unos 5 cm de lado. Guardar en el frigorífico o servir.
¿Te animas a preparar esta deliciosa receta?