Existen países como Francia, China, Etiopía y Uganda que han implementado medidas para combatir la contaminación que produce cada país, sin embargo, ninguna de ellas es tan drástica como Kenia y es la siguiente: quien fabrique, importe o utilice bolsas plásticas puede recibir 4 años de cárcel o multas de hasta 32.000 euros.
Un medida que puede parecer extrema; sin embargo, el gobierno consideró que era necesaria para que los implicados la cumplieran. Y en realidad no llama la atención que las medidas deban ser cada vez más duras, pues existen casos como el de Argentina, en el que algunos supermercados, ante la prohibición de las bolsas plásticas, simplemente se negaron a acatar la norma y la consideraron absurda.
Unas 8 toneladas de plástico terminan anualmente en el océano, lo que pone en riesgo a una gran cantidad de especies. Este material en el agua hace que queden enredados en ellas y se asfixien o se intoxiquen al tragarlas. Existe un ciclo, pues cuando los animales las consumen, la misma contaminación termina en los platos de muchas personas. Sólo basta reflexionar al respecto.
Este es uno de los mayores problemas ambientales del mundo: la contaminación del océano con residuos plásticos.
Se estima que el 80% de los residuos plásticos vienen de fuentes generadas en tierra, por lo tanto, muchos de ellos podrían evitarse a través del uso de otras fuentes de material más amigables con el ambiente como el bioplástico o simplemente usar bolsas de género. Según la UNEP, para 2050 podrían haber más bolsas plásticas que peces en el mar, bueno, este es el tipo de situación que Kenia pretende evitar con su nueva medida.
Como era de esperar, esta medida no fue recibida de forma completamente positiva, pues existen fabricas en Kenia que aseguran que esto significaría miles de despidos y la inevitable bancarrota. Además, ellos dicen que la alternativa de las bolsas de tela que se está ofreciendo sería un gasto extra para consumidores.
Un argumento irrefutable es que los que defienden la medida afirman que si las cosas siguen como están, con estos niveles de contaminación, no podremos preocuparnos por los costos ni por las fábricas, porque simplemente ya no tendremos un planeta donde vivir.
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