A veces nos restringimos de comprar algunos alimentos, pues sabemos que su vida útil es corta y que luego, si no los consumimos, tendremos que botarlos a la basura. Quizás no lo sabías, pero una de las mejores maneras de ahorrar dinero y que tus productos duren más es congelándolos. En esta oportunidad, te nombraremos una lista de alimentos que se pueden congelar sin alterar su sabor y nutrientes:
- El Queso
Los bloques de queso dentro del refrigerador generalmente generan manchas verdes. Desperdiciarlo no es la solución, así que la próxima vez, en lugar de almacenar todo el queso en el mismo lugar, corta porciones y los pones en el congelador , lo único que debemos hacer antes de consumirlo, es descongelar antes de querer consumirlo.
2. Frutos secos
Las almendras, maníes, anacardos y nueces tienen una cosa en común: atraen el moho. Cuanto más tiempo se mantengan a temperatura ambiente, más probable es que pierdan su sabor. Te recomendamos guardar en el congelador hasta que quieras utilizarlos en una receta o quizás para ponerle a tu avena en la mañana. Es mejor en porciones también.
A nadie le gustan los plátanos demasiado maduros y usualmente los botamos cuando este sucede, por favor. Nunca más , ya que una opción es meterlos al congelador para hacer compota de plátano, plátano con avena o añadir a licuados para una textura más cremosa y espesa.
4. Aguacates o Paltas
A los que nos encanta la palta siempre nos pasa, ya conocemos este problema. Ya que estos frutos pasan con facilidad de verdes a demasiado maduro, el período que es el ideal para consumirlos es muy corto. No te preocupes más y ponlos en el congelador, sólo debes recordar sacarlos antes de que los necesites.
5. Huevos
Vienen a veces en bandejas de 30 y son realmente más conveniente a nuestro bolsillo, pero para no desperdiciarlos, terminamos comprando la bandeja más pequeña, pero la menos conveniente para nuestro presupuesto. Lo creas o no, los huevos se almacenan muy bien en el congelador, ojo que debe ser sin las cáscaras. Rompe unos cuantos y congélalos en una bolsa de plástico. Luego los sacas para hacer tus huevos revueltos, una tortilla o un omelette.
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