Los fabricantes de comida lamentablemente no siempre quieren que la comida que consumamos sea la mejor o la más económica, siempre nos engañan con respecto a su composición o cantidad. Pero nosotros lo creemos sin darnos cuenta y optamos por aquellos que supuestamente “son mejores”.
Los siguientes productos no nos han dicho toda la verdad y acá lo dejamos al descubierto:
1. Chips
La mayoría de las papas fritas no están hechas de papas como creemos. Para su producción, se usa harina (de trigo o de maíz) y una mezcla de almidón. Por lo general, la masa para los chips contiene no más de 42% de las papas. Y el sabor “natural” se logra gracias a los aditivos alimentarios.
Existen otros fabricantes que usan patatas auténticas. Para una bolsa grande se necesitan 2 papas medianas, por lo tanto es importante saber que este tipo de chips son notablemente más costosas que las papas fritas falsificadas, lo cual sin duda valdría la pena pagar o mucho mejor hacerlas en casa 100% naturales.
2. Queso para emparedados
La mayoría de los quesos (para emparedados, rallados o rebanados) en realidad no siempre contienen queso. Para ahorrar y facilitar el proceso, algunos fabricantes sustituyen el queso con la proteína de suero de leche o aceite de palma. Esta mercancía ya no es queso sino producto tipo queso pero la etiqueta no te lo dirá.
El queso auténtico se debe producir de leche natural y no contener aceites vegetales. El queso con aceite de palma empieza a romperse cuando lo cortas. Y si lo aplastas, le quedará una marca y saldrá una especie de líquido. Este queso, por lo general, no tiene aditivos alimentarios naturales.
3. Productos enfrascados y enlatados
En la mercancía que se vende en latas o frascos, por lo general, se indica con letras grandes el peso total del producto y un poco más abajo, el peso del alimento drenado. En la producción y empaque del alimento se permite la desviación del peso indicado (para cada producto el porcentaje de la diferencia varía). Y, por supuesto, casi siempre esta diferencia trabaja en tu contra.
4. Salsa de queso
Si una salsa dice que es de queso no quiere decir que de verdad contiene queso. Por lo general, todas las salsas tienen la misma base y para darles sabores específicos, se le agregan aromatizantes y aditivos alimentarios que pueden ser naturales solo en parte.
5. Repostería
Diferentes productos de repostería, tales como croissants o panecillos, solo se rellenan a la mitad o aún menos con una jeringa. Claro que los fabricantes lo hacen con fines de ahorrar. Pero el comprador, esperando recibir mucho relleno delicioso como lo muestra el empaque, básicamente se queda sin nada.
6. Chocolate con frutos secos
La mayoría de las barras de chocolate te aseguran que tienen muchas nueces. En realidad, una barra común, por lo general, solo contiene 3-5 nueces que pueden estar picadas o sustituidas en parte por frutas secas más baratas. No sentirás el cambio pero este tipo de chocolate cuesta 2-3 veces más.
7. Nuggets
Aunque los nuggets se llaman de pollo, contienen poca carne de pollo. La mezcla para los nuggets clásicos en realidad consiste de carne molida de pollo solo en un 50%. Los restantes 50% son soja y res.
8. Café soluble
Aunque se elabora con los granos naturales que se muelen y se trabajan con agua caliente, luego se convierten en polvo (café soluble) o en café granulado o café. Pero como resultado de estos procedimientos, el café pierde la mayor parte de su sabor y aroma. Este “defecto” se corrige usando aromatizantes.
9. Té helado
Los tés helados se hacen del extracto de té. Primero se prepara una infusión, la cual luego se seca y se convierte en polvo que se usará para disolver en el agua. Como resultado, una lata de “té“ solo puede tener menos de 1% de té, lo demás son azúcar, agua y aromatizantes.
Si la lata ni siquiera menciona ”extracto de té”, quiere decir que contiene agua común que parece té gracias a todo tipo de aditivos. El té helado, por lo general, no tiene hojas frescas ni frutas naturales, pero contiene muchos aromatizantes (no siempre naturales).
10. Mantequilla
No todos los alimentos que dicen “mantequilla” lo son de verdad. Los ingredientes de una mantequilla verdadera son pocos: leche entera y nata. Si el empaque no tiene estos ingredientes, lo más probable es que tengas enfrente de ti una margarina. Además, la mantequilla auténtica nunca se pega al cuchillo si la acabas de sacar del refri.
11. Alimentos congelados
En la venta de cualquier alimento congelado es muy importante el peso del producto. Por eso, para subir el precio, algunos publicistas agregan agua al empaque, la cual puede componer hasta un 50% del peso de la mercancía. En algunos casos, además del agua, el empaque puede contener otras partes no comestibles del alimento. Como resultado, después de descongelar, solo puede quedar un 25-30% del producto.
12. Agua embotellada
En la mayoría de los casos, el agua mineral embotellada que compramos es agua de la llave. No importa lo que te prometa la etiqueta, al reverso con letras pequeñas a veces dice: “De la fuente pública de suministro de agua”. Debido a las múltiples etapas de purificación del agua, la cantidad de elementos saludables de ésta es igual a cero.
13. Papas a la francesa
Los productores muchas veces usan la técnica de visualización y comparación. Nuestra mente funciona de tal manera que de tres empaques de diferente volumen elegiremos el mediano. Sin embargo, en la mayoría de los casos, el empaque mediano y grande son lo mismo.
Por ejemplo, no todos saben que en algunos restaurantes de comida rápida la diferencia entre las papas a la francesa grandes y medianas solo está en el empaque. Y a veces incluso las papas medianas tienen más.
Ya sabes muchos trucos para identificar las comidas falsas que tratan de vendernos a cualquier costo, compártelo con tus amigos y elijan siempre lo natural.