Por si no lo sabías, el gluten es un conjunto de proteínas que está presente en cereales como el trigo, la avena, la cebada, el centeno y sus variedades e híbridos.Tiene propiedades viscoelásticas que son las que aportan, por ejemplo, elasticidad a la masa de harina y su consistencia a distintas preparaciones de pastelería y confituras.
Probablemente ya habías leído que algunas personas son intolerantes al gluten. Ellos son los llamados “celíacos” y no pueden comer nada que contenga “TACC”, es decir trigo, avena, cebada ni centeno. Absolutamente nada que contenga gluten. Pero… queremos saber qué pasa con los que no son celíacos. ¿Necesitamos el gluten o podemos vivir sin él? ¿Qué pasa si tenemos un hijo o una pareja que son celíacos y comemos sin gluten para poder compartir la misma comida? A lo largo de los años, se creyó que prescindir del gluten no era dañino. No obstante, existen estudios publicados recientemente por diferentes universidades que podrían demostrar lo contrario. A continuación encontrarás información útil sobre el gluten que todos deberíamos conocer.
¿Cuál es la función del gluten?
La función del gluten en el organismo de las personas que no son celíacas trae controversia, pues de acuerdo a algunos estudios, por ejemplo una investigación publicada en NCBI en 2014, el gluten no es necesario para nadie, siquiera para quienes pueden tolerarlo. Según esos documentos, el gluten es una mezcla de proteínas de bajo valor nutricional y biológico, con bajo contenido de aminoácidos esenciales, y desde el punto de vista de la nutrición su exclusión de la alimentación no representa ningún problema.
Pero algunos estudios recientes obtuvieron resultados diferentes. De acuerdo con un trabajo publicado por la Universidad de Harvard en marzo de 2017, las personas que no consumen gluten a pesar de no ser celíacos, aumentan sus probabilidades de tener diabetes.
Según The American Heart Association’s Epidemiology and Prevention / Lifestyle and Cardiometabolic Health 2017, consumir más gluten podría estar directamente vinculado a menores probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2.
También existe un estudio realizado por un conjunto de universidades norteamericanas, que analizó a 110.017 personas desde 1986 hasta 2012 y llegó a ciertas conclusiones sobre la relación entre la falta de gluten y las enfermedades cardíacas. Se fijaron en especial en la dieta de los dos extremos: el 20% que más gluten consumían y el 20% que menos.
Los resultados fueron importantes: a lo largo de todo el periodo, se documentaron 6.529 afecciones coronarias. En el grupo de participantes que consumía menos gluten, la incidencia fue de 352 casos por cada 100.000 personas por año, mientras que los que consumían más gluten solo presentaron 277 casos de afección coronaria por cada 100.000 personas y año.
Si bien este resultado podría no estar estrictamente vinculado a que el gluten protegiera de esas enfermedades, sí se sabe que por rechazar el gluten, las personas terminan comiendo insuficientes cereales, con las pérdidas nutricionales que eso conlleva. Hay que recordar que los cereales están en la base de la pirámide alimentaria.
Por supuesto, estos datos nos recuerdan que siempre es necesario seguir una dieta completa y equilibrada y tener mucho cuidado con las modas o con la información incompleta. Según explicó la periodista Eva Van Der Berg, “Solo el 1% de la población es celíaca, pero el 30% actúa como si lo fuera”. Ese 29% rechaza las harinas porque creen que son perjudiciales para la salud, y en gran parte de los casos, podría ser una creencia infundada.
Es mejor que antes de que pienses en hacer algún tipo de cambio drástico en la dieta, como por ejemplo eliminar todo un grupo de alimentos, como los que contienen gluten, consultes a un especialista en nutrición.
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