Un buen brownie tiene que ser jugoso y con intenso sabor a chocolate. No importa si le ponemos nueces o u otra cosa a la mezcla o si le añadimos queso crema , coco o una cobertura de cacao; lo importante es que tenga un corazón intenso y húmedo. Porque para mí ese es uno de los mandamientos del brownie perfecto, que su interior sea muy jugosito, algo pegajoso, húmedo pero sin estar crudo. Así que estos pastelitos son perfectos para celíacos, ya que precisamente las harinas ricas en gluten solo entorpecen esa textura. Además vamos a usar aceite para evitar los lácteos y es la avellana molida la que nos dará la consistencia justa y necesaria para la masa.
Ingredientes
Para 15 unidades
Chocolate negro 150 g
Aceite de girasol 100 ml
Huevos 4
Azúcar 130 g
Esencia de vainilla 5 ml
Sal 2 g
Cacao en polvo 25 g
Avellana molida 50 g
Preparación
Tiempo total 30 m
Elaboración 10 m
Cocción 20 m
Precalentar el horno a 170ºC y preparar un molde rectangular o cuadrado, engrasarlo bien o cubrir con papel sulfurizado. Derretir el chocolate negro al baño maría o en el microondas, solo si lo controlamos muy bien, para que no se queme. Dejar enfriar un poco.
Disponer los huevos en un recipiente mediano con el azúcar, añadiendo más si somos muy golosos o menos si toleramos los dulces menos empalagosos. Batir con batidora de varillas hasta que quede una mezcla homogénea, añadir la vainilla y el aceite y batir con suavidad un poco más.
Agregar el chocolate derretido, mezclando con una espátula o lengüeta y añadir por último la avellana molida, la sal y el cacao en polvo tamizado. Mezclar suavemente hasta tener una masa sin grumos, homogénea. Verter en el molde, dando unos golpecitos para sacar las posibles burbujas de aire.
Espolvorear una pizca de sal gruesa (opcional) y hornear durante unos 20 minutos. Comprobar que esté en su punto pinchando con un palillo en el centro; debería salir ligeramente manchado, pero no húmedo. Dejar enfriar un poco antes de desmoldar y dejar enfriar completamente sobre una rejilla.
Este brownie jugoso sin gluten y sin lactosa se puede comer solo o espolvoreado con azúcar glasé, cacao en polvo o incluso con una cobertura de chocolate derretido.
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