Muchas personas buscan cambiar el estilo de vida que llevan y terminan interesándose por el mismo aspecto fundamental de la vida: la alimentación. Surgen algunas preguntas como:”¿Qué estoy comiendo?”; “¿de dónde proviene?”; “¿se corresponde con lo que creo?”; sienten que comenzar por los alimentos es uno de los primeros pasos para tomar un rumbo distinto.
En esta búsqueda son muchos los que, cada vez más, empiezan a interesarse en dietas vegetarianas o veganas, ya sea por una cuestión de salud o de convicción.
El objetivo de cambiar por completo la dieta no parece ser algo sencillo y de hecho, no lo es. Si “somos lo que comemos”, necesariamente imprimirle un giro a nuestros motores de energía traerá cambios en nuestro cuerpo, tanto física como mentalmente. Sobre todo, porque somos animales de costumbre, y ésa es una de las primeras cosas que debemos modificar si queremos adoptar un modo de vida diferente.
Para que dejar de comer carne no tenga consecuencias para tu salud, puedes seguir estos consejos. De todas formas, debes saber que como cada persona es diferente y tiene distintas necesidades nutricionales, lo recomendable en todos los casos es que hagas un cambio gradual, acompañado por un profesional que pueda guiarte y acompañarte en ese proceso.
1. Come otras proteínas
Si no eres vegano, el huevo puede ser un alimento proteico y con grasas saludables, que puede sustituir otro alimento de origen animal. Puedes usarlo en tortillas, tartas, omelettes, ensaladas o lo que quieras. Lo más recomendable son 4 huevos por semana, o bien 2 claras por día. Si tienes la opción, siempre lo más conveniente es escoger huevos orgánicos, de gallinas que no han sido maltratadas.
2. No abuses de los lácteos
Aunque no seas vegano, no abuses de ellos, porque pueden aumentar los niveles de colesterol o generar problemas digestivos. Prueba también con otros preparados como el yogur de soja.
3. Ten cuidado con las harinas
Es muy común que si dejas de comer carne tengas más hambre y las harinas puedan darte una sensación de saciedad. No abuses de ellas, compleméntalas con vegetales y, por ejemplo, tofu, y escoge siempre que puedas las integrales. Ten en cuenta, además, que puedes comer otros cereales como alternativa a las harinas, como: sémola, quinoa, trigo burgol, arroz integral, etc.
4. Aumenta el consumo de vegetales y frutas
Obtendrás de ellos vitaminas y minerales. Puedes hacerte jugos, sopas, salteados, tartas, o cualquier otra preparación. ¡Las combinaciones son infinitas!
5. No creas que el calcio solo lo tiene la leche de vaca
Puedes obtenerlo de fuentes vegetales como el sésamo, quinoa, amaranto, algas, el brócoli, las espinacas, o las almendras.
6. Cuida tu consumo de vitamina B12
La puedes encontrar en los huevos, los lácteos y la espirulina, por ejemplo.
7. Consume hierro en alimentos de origen vegetal
Lo encontrarás en las espinacas, los porotos, el perejil, el brócoli, las lentejas o la levadura de cerveza, que puedes agregar a las comidas como si fuera queso rallado.
8. No es cierto que la proteína solo se encuentra en la carne
Las legumbres son un aliado ideal. Consúme lentejas, garbanzos, guisanes, habas, en guisos, hamburguesas, ensaladas, snacks, o como más te gusten. También puedes comer espinacas, brócoli, coles, zanahoria, berenjena, entre otros. Otra fuente de proteína es el tofu, preparado a partir de granos de soja y el seitán, que algunos llaman “la carne vegetal” y puede usarse, al igual que ella, en salsas, salteados y rellenos. Es elaborado a partir de gluten de trigo, es de fácil digestión y no tiene grasas saturadas.
9. Consume semillas y frutos secos.
Todas aportan proteínas, grasas saludables y vitamina E.
Si conoces a alguien que desea dejar de consumir carne compártelo.