¿Cuántas veces te has dado cuenta de que estás comiendo, solo de aburrido? Es que muchas veces, comemos solo porque sí y no porque sintamos real hambre. Si te sientes mal, quieres algo dulce, cuando tienes frío, tu cuerpo te pide algo caliente, si en cambio sientes calor, deseas algo frío y delicioso. Sin mencionar, todos los antojos que pueden provocar una ida al supermercado.
Hoy, queremos compartir contigo 12 consejos que el psicólogo Brian Wansink propone, él lleva años estudiando los hábitos alimenticios y te enseñará a caber en el vestido que siempre deseaste usar.
¡Adiós a las golosinas!
Encuentra en tu casa, el escondite perfecto, un lugar retirado y oscuro o bien, busca en tu congelador el rincón más alejado y esconde allí todo tipo de golosinas. Aunque se piense que es más fácil no comprar estas tentaciones, la verdad es que es peor, pues según el autor esta “comida loca” nos seguirá a todas partes y si nos negamos de estos placeres en casa, los comeremos en cualquier parte y en forma más desmedida. Por lo que es mejor tenerlos en casa y así darnos un regalito medido, de vez en cuando.
32 veces con cada diente
Las investigaciones afirman que masticar la comida meticulosamente, hace que nuestro paladar se satisfaga, lo que reduce significativamente nuestro apetito y nos hace sentir llenos más rápido.
No ahorres calorías por la mañana
De acuerdo a las estadísticas de este psicólogo, el desayuno aporta un 96% de la esbeltez que deseamos, porque solo 4 de 100 mujeres delgadas se saltan el desayuno. Por lo general, las personas con sobrepeso se saltan el desayuno solo para comer al almuerzo, pues piensan que así consumirán menos calorías.
Deja huellas al comer
En un experimento, las personas que comían muchas alitas de pollo, se apresuraban por “eliminar” las evidencias de su gula, mientras que los participantes más esbeltos no prestaban atención al montón de huesos de lo que habían comido y solo se preocupaban de sus sensaciones, para saber si estaban satisfechos o no.
El fenómeno del plato sin fondo
Tras investigaciones, se logró descubrir que las personas siempre comemos “hasta el final”, no hasta que se acabe el hambre sino que hasta el fondo del plato. Para esto, la única salida es siempre usar platos más pequeños y ser más medidos a la hora de servirnos. Observa tus sensaciones y no el volumen de la comida que dejaste en el plato.
No temas a las recaídas, son parte de todo
A veces, estás a dieta y te la pasas comiendo ensaladas toda la semana y de pronto, no sabes cómo terminaste abrazando la olla de espagueti y con un chocolate al lado, esperándote. En esta situación, lo más importante no es que comas para olvidar la pena de que abandonaste tu dieta, solo respira profundo, vuelve a tomar tu repollo, sonríe y come.
Sigue la lista
Cuando estés comprando los alimentos para la próxima semana, no olvides actuar como un chef profesional: haz una lista de compras y síguela al pie de la letra. Antes de ir a super, revísala bien y no olvides apegarte a ella.
Sirve la comida en platos
De acuerdo a Wansink, las personas más esbeltas, por lo general se sientan de espaldas hacia los mostradores de postres o a la cocina abierta, de esta manera, prestan atención a lo que están comiendo y también reducen la tentación de comprar un postre o algo más. Esta regla, es igual de fácil de seguir en casa: procura servir todos los platillos por porciones, directamente en los platos. Deshazte de las ollas o ensaladeras a la hora de servir en la mesa, cuanto menos vez, menos comer.
La regla de dos
Esta regla, es bien siempre. Debes procurar que en tu plato siempre hayan dos tipos de comidas: carne y guarnición, guarnición y ensalada, pescado y verduras. Esta simple regla, te ayudará a comer disciplinadamente.
Compañía
Está probado que, cuando estamos solos comemos un 30% menos que cuando comemos con alguien más. Y, en compañí de 3 o 4 personas, comemos casi 2 veces más. Así que intenta de consumir, al menos el alimento principal solo y, cuando estés con tus amigos, limítate a los aperitivos y bebidas.
Camino largo por la porción extra
Cuando comas, no lo hagas en la cocina. Sal de ella, a la sala, al balcón, al jardín, llevando solo el plato y los cubiertos contigo. Así evitarás toda tentación por tener una porción extra.
Tranquilidad y sistema
No seas exigente contigo mismo, no pruebes todos estos puntos a la vez. Implementa una regla por semana y poco a poco, lograrás un estilo de vida diferente y podrás lucir un cuerpo nuevo.
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