Mantener la cocina limpia y a punto es una tarea sólo para valientes y experimentados, pues se necesita harto bagaje para saber la manera perfecta para deshacerse de la mugre, la grasa y los malos olores sin tener que estar todo el día afanando.
A continuación te presentamos 10 secretos que te harán más fácil la limpieza y el orden en tu cocina.
Cristalería
Evita el mal olor en la cristalería enjuagándola con agua tibia y un poco de vinagre y sal. La mezcla además dejará todas tus copas y vasos aún más relucientes.
Ollas de aluminio
Para dejarlas brillantes, hierve en ellas cáscaras de patata, manzana y ruibarbo en un poco de agua con vinagre.
Ollas esmaltadas
Hierve un poco de jamón común para vajilla y una cucharada de bicarbonato de sodio (previamente disuelto en agua). Luego, lava y enjuaga con agua caliente. Y para evitar que se oscurezcan, hierve en ellas agua y un chorrito de vinagre una vez al mes.
Refrigerador
Usa una mezcla de cuatro cucharadas de bicarbonato de sodio por cada litro de agua para limpiar el refrigerador. Aplícala usando un trapo y tu refrigerador quedará reluciente.
Ollas quemadas
Hierve un jabón común por un par de minutos (no debes dejar que se queme), de forma que el líquido pase por donde está el hollín. De esta forma, la quemadura aflojará y será más fácil retirarla con una esponja.
Leche derramada
No hay que llorar, sólo espolvorea con sal la estufa donde cayó la leye y cúbrela con una hoja de pergamino húmeda. De esta forma, el olor no invadirá la cocina.
Guardar la harina
Para evitar que aparezcan insectos en la harina, deja en su interior un par de diente de ajo sin pelar.
Afilar cuchillos
Para que afilar tus cuchillos sea más fácil, déjalo en una solución no muy concentrada de sal y agua durante algún tiempo. Afílalo sin secarlo.
Limpia tu máquina moledora
Limpia tu procesadora de carne dejando pasar una patata cruda por ella. Eso sacará todos los pedacitos restantes que puedan quedar.
Para evitar que los vasos se desportillen
Para que tus vasos nuevos no se desportillen al recibir golpes suaves, ponlos en una olla con agua fría y después caliéntalos lentamente hasta que hierva. Déjalos enfriar sin sacarlos.
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