10 Cosas Que Debes Dejar De Hacer Ya En Tu Cocina, Pues Dañan El Medio Ambiente

Si hablamos de conciencia con el medio ambiente, lo primero que pensamos es en temas como como el cambio climático, el cuidado de las especies o la deforestación de bosques. Pero si pudiéramos poner mucha más atención a estos problemas, descubriríamos que detrás hay algo mucho más simple: los hábitos que todos tenemos.

Existen una infinidad de hábitos que tenemos y hacemos porque “estamos acostumbrados a hacerlo” o porque creemos que es la manera más fácil y automática de resolver algo. Y así,  dañamos el ambiente todos los días, desde nuestra casa, más aún, desde nuestra cocina.

Por su puesto que no lo hacemos a propósito, pues muchas veces es por falta de información o simplemente por hábitos que son difíciles de cambiar, pero no es imposible hacerlo y para ellos hemos preparado esta nota esta nota en la que podrás conocer qué cosas podrías estar haciendo desde la propia cocina de tu casa que dañan al planeta y cómo puedes hacer para cambiarlo. ¡Vamos a leer y a cambiar algunos hábitos!

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1.Botar comida a la basura

Si ha sobrado comida, seguramente la botas. En el mundo, cada año se desperdician alrededor de 1300 millones de toneladas de alimentos, cómo es esto posible si  al rededor de 925 millones de personas pasan hambre. Además, al tirarla a la basura también desechas algo que no ves: los recursos y el tiempo invertidos para prepararla.

Alternativas para cambiar esta situación : Si la comida está en buen estado, regalarla a alguien que pueda necesitarla (una persona en situación de calle, por ejemplo) o si son sólo restos, usarlos para crear tu propio compost en casa que no es nada difícil y te servirá como abono para las plantas, además de que estarás ayudando a reducir la cantidad de desechos que se tiran a la basura. Además, el compost te ayudará a separar los residuos en tu casa: los desechos orgánicos, del vidrio, el papel y el plástico.  Así estarás enseñando a los tuyos también a reutilizar.

 

2. Botar el aceite usado por el lavaplatos o fregadero

Si crees que porque tú no lo ves más, realmente ya no existe, estás muy equivocado: Pasa con muchas cosas a la hora de cocinar y una de ellas es el aceite. Ya sea el que sobra después de freír o el que se escurre de una lata al abrirla. En ambos casos puede tapar las cañerías y complicar la depuración y el tratamiento del agua. Puedes ponerlo en una botella plástica (cuando ya se haya enfriado si estaba caliente) y llevarlo a un sitio donde con él pueda hacerse biocombustible, cosméticos, jabones, velas, pinturas o barnices u otras cosas.

3. Usar electrodomésticos poco eficientes

Puede que sí o puede que no, pero lo más probable es que no hayas pensado en esto, pero los electrodomésticos que utilizas pueden estar malgastando energía. Para cambiarlo puedes escoger siempre los que están identificados como A+++, que permiten ahorrar más agua y energía; o bien usar de forma medida y consciente los que ya tengas en tu casa. Por ejemplo, regula la temperatura de tu refrigerador en invierno, ya que no necesitarás que esté tan frío; o bien desconecta los electrodomésticos que no uses. Muchos aparatos siguen consumiendo energía aún cuando están apagados, pero sí enchufados.

 

4. Comprar por Internet

Comprar por internet resulta mucho más cómodo para todos, no hay reparos en eso. Sin embargo;  quizás no te das cuenta en todo lo que implica: el costo de transporte (en términos de emisiones de gases contaminantes) y el packaging, generalmente de plástico, uno de los mayores contaminantes de nuestro planeta. Si quieres realmente ser un aporte para el medio ambiente, vuelve a ir al mercado y lleva tu propia bolsa. Ahorrarás plástico, caminarás y seguramente los alimentos que consigas en tu zona serán mucho más frescos, tendrán menos conservantes y estarás apoyando al comercio local.

 

5. Usar bolsas plásticas

Acá llegamos a un punto álgido: Las bolsas de plástico pueden tardar cientos de años en descomponerse. El plástico, a diferencia de otros materiales orgánicos, queda en el ambiente, sin que los organismos encargados de los procesos de degradación natural lo reconozcan. Se termina descomponiendo por efecto de la luz del sol que lo va fragmentando en piezas pequeñas que pueden ser confundidas por alimento de algunas especies animales y que incluso siguen desprendiendo sustancias tóxicas al ambiente. Para cambiar este hábito, usa bolsas de tela, infórmate sobre otros materiales alternativos al plástico y conoce otros consejos para reducir tus desechos plásticos.

 

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6. Usar tuppers de plástico

Tal como lo explicamos en el punto anterior, sobre las bolsas de plástico, tampoco deberíamos utilizar dicho material en los potes para conservar comida, porque el plástico contiene aditivos que pueden filtrarse hacia los alimentos; peor aún si los usamos para calentar en el microondas y éstos no son aptos para eso. De todas formas, además, al usar elementos plásticos también estás impulsando, de alguna forma, su producción. Trata de guardar la comida entre dos platos o en envases de vidrio.

 

7. Usar café de cápsula

Saca la cuenta antes de decirme que es muy rico, si tomas todos los días y para hacer 3 gramos de café usas 5 gramos de envase plástico, al final de la semana tienes una enorme cantidad de desechos plásticos. Puedes hacerte un café delicioso probando variedades diferentes, que no necesariamente generen tanta basura. O, si vas a tomarlos, procura reutilizarlos.

 

8. Usar productos de limpieza químicos

La mayoría de los productos que compramos en los supermercados, en general contienen sustancias químicas que, al mezclarse con el agua, terminan en nuestros ríos, y luego mares. Para evitar esta contaminación, hay opciones naturales que no contaminan ni irritan la piel, que además son económicas y que te ayudarán a limpiar mejor: como el limón, el vinagre o el bicarbonato.

 

9. No usar bien cada utensilio de cocina

Pon atención a esto: algo muy pequeño puede hacer una gran diferencia, como por ejemplo, no usar grandes recipientes para poca comida, porque desperdiciarás calor, elegir una olla más pequeña o si la tetera tiene sarro acumulado tardará más tiempo (y usarás más energía) para calentar el agua, por eso es mejor limpiarla muy bien a menudo.

 

10. Derrochar agua

Para lavar la loza, usa sólo el agua que necesites; no la dejes corriendo. Primero enjabona  los utensilios y luego úsala para enjuagar. Otro gran consejo que puedes implementar es colocar baldes en tu patio y/o jardín cuando llueva para recolectar agua y usarla para regar tus plantas. También puedes hacer lo mismo con el agua que queda de la cocción de las verduras, una vez que haya enfriado, pues es agua también y va a hidratar tus plantas de todas formas.

 

¡Comparte este artículo y estarás ayudando a preservar el medio ambiente!